¿Quieres casarte conmigo?
Ricardo me contactó por primera vez para contarme como estaba planificando su pedida de mano a Weronika. Os aseguro que sólo con escuchar en sus audios la ilusión con la que me explicaba lo que quería hacer ya se te ponían los pelos de punta. Viven en Polonia y están enamorados de Cádiz. ¿Y quién no?. Así que lo organizamos en la preciosa playa de La Caleta.
Ella creía que sólo era un bonito paseo. Yo estaba sentado en la arena con mi cámara con un objetivo 85mm escondida entre las piernas mirando al horizonte esperando que pasaran frente a mi. Me llevé una manta roja de mi casa que dejé en la arena para que Ricardo la llevara lo más cerca posible de ella. Cuando llegaron a esa manta, a unos 30-40 metros de mi, me levanté, cámara a la espalda y comencé a acercarme a ellos y... el momentazo. Ricardo se arrodilló y empecé a disparar. Weronika estaba tan impresionada que pasé por detrás de Ricardo haciendo fotos y ni siquiera se daba cuenta. No le quitaba la vista a Ricardo y a su anillo. Se emocionó. Ricardo no paraba de sonreír. Notaba como ese momento que tanto habiamos hablado estaba superando sus expectativas. Weronika no me vió hasta que no terminó un largo primer abrazo.
Creo que es uno de los momentos en los que mas cosquillas en el estómago sentí fotografíando. No solo por lo emotivo del momento sino porque veía que ella no sabía que su reacción estaba siendo capturada para siempre.
Estuve con ellos sólo 10 minutos más haciéndoles algunas fotos y me despedí rápidamente para que pudieran disfrutar de ese momento juntos. A solas.
Sé que este texto tan enorme lo leerá muy poca gente. Pero tú, que has llegado hasta aquí, ya te puedes hacer una pequeña idea de lo bonito que fué. Las emociones que vivieron ellos y lo especial que yo me sentí.